lunes, 8 de abril de 2013


Me urge
Marcos Rivadeneira




Me urge
el refugio de tus manos
cuando los cadáveres rebosan el noticiero

Me urge tu boca armónica
cuando la tarde oscurece el huerto
y los árboles estremecen las desprendidas hojas

Me urge tu cabello
sobre el rostro húmedo indiferente
cabello de viento que galopa en el sentido de los pájaros

Me urge el aliento de la lujuria
ese ángel incendiado en las lúgubres estepas
los sueños alquilados y desposeídos

Me apura la mirada oblicua
atravesada
distraída
y confidente

Me apura el caminar cansino del empedrado
cruzar los ríos sumergido hasta la cintura
o el flujo de la mazamorra del inconsciente colectivo

Me apuran los cadáveres
(ya lo dije)
los cuerpos desarticulados
los olvidados, los arrastrados,
los muertos como perros
atropellados
ametrallados en media calle

Por eso me urge tu pecho
que conforta las diatribas
del pensamiento oblicuo
perspicaz
descarnado
que me atormenta

tormenta
mañana habrá tormenta…
toma mi mano

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