Las bellas durmientes
Marcos Rivadeneira S.
Hace
algunos años me introduje en “La Casa de las Bellas Durmientes” de Yasunari
Kawabata, siempre me sentí intimidado por una obra que invita a reflexionar
sobre la finitud de la vida, en una mixtura entre la muerte y lo erótico. A
pesar de que no se consuma el acto sexual, la atmósfera de la novela es
altamente erótica debido a la descripción de los cuerpos desnudos de las
mujeres y los pensamientos y fantasías de los hombres. El tema de la finitud,
por otro lado, es un tema recurrente en la filosofía.
En
esta novela, el protagonista Eguchi busca la compañía de mujeres jóvenes y
hermosas que duermen junto a él en una casa de citas. La experiencia que vive
Eguchi es una metáfora de la muerte, ya que cada noche tiene la oportunidad de
experimentar la cercanía o al menos un símbolo de la muerte y confrontar su
propia finitud.
Uno
de los filósofos que ha reflexionado sobre la finitud es Martin Heidegger. En
su obra "Ser y Tiempo", Heidegger reflexiona sobre la finitud donde
la existencia humana es limitada y que la conciencia de la muerte es una condición
necesaria para la legitimidad de la vida y la libertad. Según Heidegger, la
muerte es la evidencia más real de la existencia humana y su conciencia debe
ser integrada en la vida cotidiana para lograr una existencia auténtica.
Otro
filósofo que ha reflexionado sobre la finitud es Emmanuel Lévinas. En su obra
"Totalidad e Infinito", Lévinas sostiene que la experiencia de la
muerte es una forma de reconocimiento de la alteridad del otro. Para Lévinas,
la muerte es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra propia existencia y
nuestra relación con el otro, y para trascender nuestra propia finitud.
La
Casa de las Bellas Durmientes es una novela que puede ser interpretada desde
ambas perspectivas filosóficas. Por un lado, la experiencia de Eguchi no solo
es una reflexión sobre la finitud de la vida y la cercanía con la muerte, sino que,
en este ambiente, la sexualidad se presenta como una fuerza poderosa e
incontrolable que domina al protagonista y a los demás personajes. Eguchi
experimenta un fuerte deseo sexual por las jóvenes dormidas, pero también
siente una extraña melancolía y tristeza al verlas en ese estado de
inconsciencia.
La
forma en que Kawabata describe la sexualidad en la novela es muy sensual y
detallada, pero también muestra la complejidad y la ambigüedad de los deseos
humanos. El autor nos presenta un mundo donde la muerte y la sexualidad se
mezclan de manera incontrolable, y donde el erotismo se convierte en una
especie de elixir de la vida que nos ayuda a enfrentar la finitud y la
fragilidad de nuestra existencia. Por otro lado, la novela también puede ser
vista como una reflexión sobre la alteridad, representada por las mujeres
dormidas. En ambos casos, la novela invita a reflexionar sobre la relación
entre la finitud, la muerte y la alteridad del otro.
La
obra de Kawabata es una muestra del poder de la literatura para invitar a la
reflexión filosófica y abrir nuevas posibilidades de comprensión de la vida y
la existencia humana.
Referencias
bibliográficas:
- Heidegger,
Martin. Ser y Tiempo. Ediciones del Serbal, 2015.
- Lévinas,
Emmanuel. Totalidad e Infinito. Sígueme, 2012.
- Kawabata, Yasunari
La casa de las Bellas durmientes. 1961.
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