jueves, 20 de marzo de 2014

Desde Ledo Ivo

Marcos Rivadeneira

 

Desde Ledo Ivo
una bruma recurrente se cuela entre la muchedumbre
(la gloria no cansa)
una cortina espesa humo
desprende los dedos de nicotina
(los pobres temen)
la cortina pierde su propio viaje
navegante barcaza que se aleja
en borrascas.

Desde Ledo Ivo
una bruma creciente se cuela entre las manos
y abraza cada pasmo
la sangre con su tibieza
la palma de la mano con su estandarte
el corazón del verano con su árbol
 
Desde Ledo Ivo vengo por el camino sólo
(dejo la gloria en el mundo)
cabizbajo y las piedrecillas que se cuelan entre los pasos
son poemas que resuenan
como reclamos
como razones de cuatro patas
que acompañan nuestros cuerpos
hasta recostarnos en el borde de los pobres
que esperan su viaje
en la estación de autobús
para ningún lado.
 
Desde Ledo Ivo
han colgado un candado en la puerta
del mercado.
 

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