viernes, 11 de julio de 2014

"Desobediencia" Marcos Rivadeneira ( Ecuador )

"Desobediencia" Marcos Rivadeneira ( Ecuador )

Desobediencia  o (América)


                   Vengo de una tierra de profetas que leen el futuro en el oráculo de una silueta desnuda. Vaticinan el porvenir en el espejo de cuerpo entero de cualquier habitación. Vengo de una tierra comprada con pedazos de vidrios de colores. Donde los chicos fundan castillos de arena para rescatar damiselas de los cangrejos y esconderse de las olas del atardecer bajo las tablillas de espuma flotante.
                   Vengo de una ciudad cercada por un coro de barcos que protegen los amores perdidos. Mi tierra es verde y contigua al estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía creada en 1516. Vengo de una tierra ajena a las manecillas de los relojes, donde la luz no se esfuerza para renacer en frutas vertiginosas, botones de buganvillas o falditas plisadas de medio curso. El sol es un dios alejado de la realidad igual que las llanuras, los ríos y tu mirada.
                   Vengo del barrio de lo natural no de la naturaleza de Rousseau sino de lo natural, del alma que recorre el amatle de los libros palabra por palabra, amando, sintiendo tal los embrollos de los hombres. Mi pueblo tiene historia grabada en piedras, pintadas en desiertos, tejida en quipus y ordenada como calendario sagrado como se ordenan las cartas de amores lejanos, indesifrables.
                   Venir del pueblo de la infancia a las horas petrificadas, del columpio a las mariposas enfermas, de tu mirada integra a las resbaladeras corroídas. Venir desde el mundo de la magia a la pesadilla incierta es fundirse con los engendros en las alcantarillas. Venir desde la matriz de mi madre, de todas las madres al despilfarro, de todos los padres al desconsuelo, es pararse insensible en la riel de cercanías. Es dejarse caer desde el subsuelo, es mostrarse desnudo en la plaza de toros de los desheredados.

                   Yo vengo de una tierra mestiza donde las mujeres dan gracias a la vida, los poetas viven en islas negras, donde los militares son unos hijos de puta y las putas organizan marchas de protesta.  Mi tierra abarca toda la cordillera de los Andes, la selva amazónica y la pampa, las islas Malvinas y Galápagos, las ballenas que vuelven a parir en el trópico, los delfines rosados de ríos vírgenes. Los niños amistados con pirañas y médicos brujos que curan con plantas.

                   Mi tierra es una zona marcada por el arco iris, se deshace en lluvia como algodón de azúcar y la gente vive con ídolos de papel envejecido. Vengo de una tierra que no tiene fronteras y está dibujada en el mapa de todos los sueños de los hombres.

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