"Desobediencia" Marcos Rivadeneira ( Ecuador )
"Desobediencia" Marcos Rivadeneira ( Ecuador )
Vengo de una tierra de profetas que
leen el futuro en el oráculo de una silueta desnuda. Vaticinan el porvenir en
el espejo de cuerpo entero de cualquier habitación. Vengo de una tierra
comprada con pedazos de vidrios de colores. Donde los chicos fundan castillos
de arena para rescatar damiselas de los cangrejos y esconderse de las olas del
atardecer bajo las tablillas de espuma flotante.
Yo vengo de una tierra mestiza donde las mujeres dan gracias a la vida, los poetas viven en islas negras, donde los militares son unos hijos de puta y las putas organizan marchas de protesta. Mi tierra abarca toda la cordillera de los Andes, la selva amazónica y la pampa, las islas Malvinas y Galápagos, las ballenas que vuelven a parir en el trópico, los delfines rosados de ríos vírgenes. Los niños amistados con pirañas y médicos brujos que curan con plantas.
Mi tierra es una zona marcada por el arco iris, se deshace en lluvia como algodón de azúcar y la gente vive con ídolos de papel envejecido. Vengo de una tierra que no tiene fronteras y está dibujada en el mapa de todos los sueños de los hombres.
Desobediencia o (América)
Vengo
de una ciudad cercada por un coro de barcos que protegen los amores perdidos.
Mi tierra es verde y contigua al
estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía creada en
1516. Vengo de una tierra ajena a las manecillas de los relojes, donde la luz
no se esfuerza para renacer en frutas vertiginosas, botones de buganvillas o
falditas plisadas de medio curso. El sol es un dios alejado de la realidad
igual que las llanuras, los ríos y tu mirada.
Vengo
del barrio de lo natural no de la naturaleza de Rousseau sino de lo natural,
del alma que recorre el amatle de los libros palabra por palabra, amando,
sintiendo tal los embrollos de los hombres. Mi pueblo tiene historia grabada en
piedras, pintadas en desiertos, tejida en quipus y ordenada como calendario sagrado
como se ordenan las cartas de amores lejanos, indesifrables.
Venir
del pueblo de la infancia a las horas petrificadas, del columpio a las
mariposas enfermas, de tu mirada integra a las resbaladeras corroídas. Venir
desde el mundo de la magia a la pesadilla incierta es fundirse con los
engendros en las alcantarillas. Venir desde la matriz de mi madre, de todas las
madres al despilfarro, de todos los padres al desconsuelo, es pararse
insensible en la riel de cercanías. Es dejarse caer desde el subsuelo, es
mostrarse desnudo en la plaza de toros de los desheredados. Yo vengo de una tierra mestiza donde las mujeres dan gracias a la vida, los poetas viven en islas negras, donde los militares son unos hijos de puta y las putas organizan marchas de protesta. Mi tierra abarca toda la cordillera de los Andes, la selva amazónica y la pampa, las islas Malvinas y Galápagos, las ballenas que vuelven a parir en el trópico, los delfines rosados de ríos vírgenes. Los niños amistados con pirañas y médicos brujos que curan con plantas.
Mi tierra es una zona marcada por el arco iris, se deshace en lluvia como algodón de azúcar y la gente vive con ídolos de papel envejecido. Vengo de una tierra que no tiene fronteras y está dibujada en el mapa de todos los sueños de los hombres.
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