jueves, 26 de enero de 2012

Mención Concurso Nacional de Poesia 2012.
Casa de la Cultura Tungurahua.




a la muerte
y a mi perro que la orbita



¿cómo sentir las manos en nuestras manos,
los otros en nosotros…?
Alberto Szpunberg




mi aliento yace con tu aliento.
me invitaste a caminar por el parque
(imaginé un par de columpios colgados
con cadenas para sujetar infancias).
giramos por la calle y nunca hubo parque para refugiarnos
en la vereda, lloré con la cabeza, las rodillas
y la hierba de la acera asombrada e inocente, enverdecía.
tu voz alcanzó las gotas
que siembran lazos insolubles
con el poder pasmoso del brazo fraterno en el hombro

terminó la danza amigo,
terminó la noche.
te fuiste murmurando oraciones de colofón,
exponiendo la palabra
que guardamos en el bolso.
midiendo fuerzas para hablar contigo
siempre que me falta el aliento:
ahora te escribo,
prueba de que te has marchado,
pero habitas
lejos tratando de escapar en bicicleta
por el puente indestructible de la obcecación.

no soy yo,
es el mundo que conspira para que tu entelequia,
siga marcando los pasos
cada uno a nuestro lado
evidencia de estas formas de afección descontroladas.

de la habitación se llevaron las partituras,
la guitarra, las fotos y todas las añoranzas.
dónde se fueron los atisbos,
dónde los lentes,
dónde la tarde
en que perdidos en el escenario cinematográfico,
nos llevamos mujeres indecisas
a fronteras inexploradas.

las fronteras se encienden como cuerdas pulsadas con vitela
tu frontera habitada con mis manos
tú mismo te conviertes en frontera de tu cuerpo

el parque transmutaba nuestra adolescencia
el impulso chiquillo en el columpio
tratando de llegar al cielo.
la bicicleta.


¿no será que te siento?
tu voz se pierde en las grabaciones
y toman matices inmóviles en sepia.
la grabación de repetición automática
desfigura el rostro y el recuerdo
te convierte en un lienzo Bacón.

había música en la pared del fondo,
y todos querían desentenderse de algo íntimo.
¿para qué, a quién?
nadie en este tiempo podrá
poner en reversa la cámara de video
para volver a la realidad…
había música en el fondo,
siempre alguien se desgañita intentando a Silvio.
se huye de la muerte toda la vida,
para llegar a ella
con los últimos esfuerzos y a la carrera.


¿te gusta la música?
yo siempre esperé tu canto
esa canción que tanto me gusta,
esa, del Polaco Goyeneche
que tú mismo me enseñaste,
por eso cuando vino Lucrecia
vestida de una puta maravillosa
y cantó tu canción,
(sólo yo lo sabía)
me enamoré de ella.
no con ese amor
tan común en la gente,
sino con el musical
que ningún fruto llega a discernir.
ese, como el corazón de una pera,
con semillas danzando alrededor de un motivo.
así seremos.


los hermanos nos vienen como pan.
todos buenos.
los cincuenta o setenta años
que pasaremos compartiendo
con los nuestros
tampoco se escogen.
se diluye el pan sobre la lengua
con sabor a iglesia.
y el vino en los aquejados labios
se diluye sobre la almohada
la mezcla
lo tuyo con lo mío
se diluye

así seremos
después vendrán las nostalgias,
suerte de los muertos
que se les acabó la añoranza.
los eucaliptos desnutridos,
nunca se muestran en la nieve,
no salen con tanto frio.
sus copas se acarician
unas a otras cuando han trasnochado.
los árboles están juntos,

los hermanos los amigos tampoco se escogen.
son los que están cerca
un equivalente…
¡el prójimo!
y crecemos juntos,
estudiamos juntos
y juntos de puta en puta.

¿dónde se guarda el amor
sino en corazones ajenos?
y vamos repartiéndonos entre los otros
para encontrarnos con que
somos lo que hemos hecho
de los otros.


así seremos.

subimos río arriba buscando el origen
sendero de agua con ripio de vegetación profusa, azul de tanto verde,
después el silencio.

ven a vivir conmigo.
duerme aquí un tiempo,
hasta que te mejores.
con esa herida no podrás.

después el silencio.


a buscar las raíces, por Latinoamérica.
encontraste a tu padre en Sao Paulo.
a tu madre en Ecuador,
y tus parientes en Buenos Aires.
cuando regresaste te pregunté,
me dijiste que aquí estaban tus amigos.


después el silencio.

¿de dónde vino la idea de refugiarse
en la cárcel de mujeres?.
imposibles peldaños de sueños
en el descanso,
baldosa blanca
amarillenta, enmarcada de mugre.
meterse con cámara al hombro
en las habitaciones de paredes sudorosas
olores encerrados
para retratar cicatrices,
tatuajes relatos de injusticias.


dónde se escondieron los hijos,
donde los maridos que vieron
los negocios que hacías de sus madres
y sus fotos.
qué imágenes te aconsejaron que no retrataras
al diablo.


algunos nombres
sujetos con pinzas de madera,
algunos nombres restregamos
entre las manos y golpeamos contra el lavadero
de piedra, tarde libre.
una tarde verde como guijarro
robamos
historias de los libros
de aire, de cometas, ecos y bosques.


tardes como aquella hay pocas,
cuando cuidamos los nombres
leemos significados en las raíces.


nombres hay pocos
como aquellos que tendidos al sol
calzones húmedos
no se retuercen por pudor
bajo sábanas desconocidas
cuando se van se convierten en mar,
en recuerdos salobres,
en ropaje descolorido.


los amigos se hacen arena
y partículas que flotan para respirarlos.
como novias que tragan
la simiente.
el amigo nos respira o lo respiramos
después de muertos,
se convierten en plantas y en alimento
luego seremos uno solo, Nosotros Mismos
y nuestras células desprendidas truecan en polvo
depositadas como tierra sobre lápidas rondadas

entonces podremos cargar el cadáver
del amor amortajado
con girones de banderas.
féretro iluminado
en la espalda del moribundo
cargando las herencias
de los cuerpos legendarios.
cuando el muerto se convierte en desesperanza,
se estrellan las ramas de los árboles
contra el céfiro,
y en decidido afán de abandono,
las hojas se fugan
en los matrimonios disueltos.


toda información,
aunque registremos en copias
y almacenada como archivo histórico
en cajas de cartón corrugado
sobre estanterías metálicas
no cambiará nunca.

las letras se hablan,
las palabras se relacionan
las oraciones tienen miedo
de amar a los adjetivos
matando la elegancia,
no hablan de frente,
se esconden detrás de las puertas mal cerradas,
decepcionan, dan vueltas
de ellas mismas
y fabrican oraciones gramaticalmente
estreñidas.


la vida es igual
a los chicos que van a clases
después de dormir en una posada
de estudiantes compartida.
camina por las veredas
de los colegios,
va por las aulas reconociendo sus víctimas
y acechando con su mirada
el momento febril.


las bibliotecas guardan en silencio
irreconciliable con el hábito,
sus ideas a punto de parir.
y los libros descansan con la vagancia que los caracteriza,
de pie sobre perchas carceleras.
las ideas no brotaron con la ansiedad
de los estimulantes. ¿o sí?.

así éramos entonces


Pablo con las manos grandes,
la figura delgada,
el paso cadencioso
a veces patético
camiseta argentina,
y siempre con gesto de niño travieso, pícaro,
ávido, sufrido y hermoso.


los encuentros, uno como cualquier otro,
de nuestros encuentros en casa de amigos,
o cafés donde nunca sirvieron mate,
y tuvo que conformarse con alguna sonrisa colombiana.

afloraron miradas
en un corazón desentendido,
unos pies que ya no ven
y comezones en la espalda,
porqué afloran ahora las hiedras
que sembradas en macetas se muestran
insólitamente atrevidas
buscando los orificios por donde habitar
en el aire,
y si pudieran volar,
aletearían con las hojas
todas al unísono mostrando fortaleza,
(esa que no mostramos), en espera de que
la vela se hinche con el soplo del aliento.

terminó la danza amigo
terminó la noche
el horizonte se ha convertido
en una línea marrón violeta
el papel dibujado a contraluz
se esconde con el chasquido de tus párpados quietos.
pronto aparecerán las luciérnagas
solo nos queda el alba y la aurora
el país rejuvenecerá con el viento nuevo de las olas
cada una bañando la misma arena
el mismo destino en una piedra
los olores del cacao prometen vida más allá de nuestros cuerpos
concebida en los hijos que dejamos
para que ellos carguen en su hombro
el tatuaje de nuestros nombres


el agua
atropellada como perro de la calle
se destila como cascada vívida, escondida detrás del mismo señuelo,
la savia que anima las flores
un chiquillo correrá por el celaje
acariciando las manos con el viento


el encierro de los cuerpos amortajados
seremos de la vida el símbolo
cuna de llantos nuevos amamantados
vivifican con agua en movimiento


después el silencio.


*****