miércoles, 29 de febrero de 2012

Nadie conoce a TRANSTRÖMER.


Marcos Rivadeneira S.



El Premio Nobel de Literatura 2011, ha reconocido a Tomas Tranströmer poeta sueco. Un premio a la poesía, y un reconocimiento a un trabajo minucioso con las palabras. Sin embargo, en el ámbito hispano, nadie conoce a Tranströmer. Y con decir nadie no me refiero a todos, ni a los eruditos, que seguramente deben haber leído algún poema en el internet.

Nadie sabe que existe un poeta, sea Tranströmer o cualquier otro que vive en la poesía. Ese concepto abstracto que provoca cuestionamientos en la cordura de los que mueven económicamente el mundo. El poeta, nacido en Estocolmo en 1931, que estudió psicología e historia, nunca se imaginó que esta fuerza, con la que se sumerge en el trabajo con el idioma, que a su vez es la forma más evolucionada de nuestra inteligencia como seres racionales, pueda ser reconocido a nivel mundial, con un premio de esta categoría.

Los premios son buenos para los poetas y son buenos para todo el mundo, porque es un reconocimiento social a su trabajo, a su forma de vida, a su pasión. Y es una catapulta para que el resto del mundo que no conocen al poeta pueda llegar a sus entrañas.

Pero, por qué reconocer a un hombre que se ha pasado la vida filosofando sobre la naturaleza y trasmutando frases para reflexionar sobre el tema. La respuesta es imposible de entender, sin embargo podemos pasearnos a través de sus letras en los campos de Rummarö, y su luminosidad.

Este desconocimiento de Tranströme es una bofetada a la Literatura, es girar la mirada para ocultarse con la vergüenza en los ojos de la vida. Mañana cuando salgamos a trabajar con nuestro Black berry, en el bolsillo, no nos olvidemos de mirar el cielo que guiña con matices violetas, es la poesía que nos persigue a paso ligero, al igual que la luna compañera en el asiento trasero del auto.